Principios Éticos en Psicología

Los Principios Éticos son valores fundamentales basados en el reconocimiento de la dignidad humana y la necesidad de su pleno desarrollo en convivencia armónica y pacífica, respetando la diversidad, la multiculturalidad, las creencias y las religiones. Estos principios guían la acción personal y profesional más allá de las creencias individuales de cada persona y psicólogo.

Principio de Justicia

En el campo de la psicología, este principio ético se ha reflejado en diversas normativas, como los artículos 16 y 17 de la Ley 1090 de Colombia, los principios rectores «d)» y «f)» del Manual Deontológico y Bioético del Psicólogo, y los Principios D y E del Código Ético de la APA. Estas normativas exigen el respeto equitativo de los derechos de los pacientes y prohíben prácticas injustas de prejuicio o discriminación basadas en edad, sexo, identidad de género, raza, etnia, cultura, nacionalidad, religión, orientación sexual, discapacidad, idioma o nivel socioeconómico.

Para garantizar un servicio justo, se debe:

  • Reconocer los propios límites, conflictos de interés o creencias que puedan favorecer una conducta discriminatoria.
  • Vigilar y reportar cualquier práctica injusta derivada del uso inadecuado de la información psicológica por parte de terceros.
  • Conocer y respetar las diferencias culturales e individuales de conducta.
  • Eliminar el efecto de sesgos basados en dichas diferencias culturales e individuales.
  • Ser cauteloso, prudente y crítico frente a nociones que puedan degenerar en etiquetas de desvalorización discriminatoria de los usuarios.

Principio de Autonomía

Se define como la obligación moral de reconocer la libertad de cada individuo, garantizando suficiente información sobre la naturaleza de los procesos y la libre decisión de aceptarlos o rechazarlos. Esto obliga a los profesionales a informar adecuadamente y defender la voluntariedad de las personas, grupos o comunidades en la toma de decisiones mediante el proceso de «consentimiento informado». Este proceso proporciona al paciente información relevante para que decida libremente sobre cualquier procedimiento diagnóstico o terapéutico.

Este principio está reflejado en los manuales deontológicos y bioéticos, y en los Artículos 2, 15, 22, 26, 29 y 31 de la Ley 1090 del 2006 de Colombia, que plasman el respeto por las decisiones personales de los consultantes, siempre que estén en capacidad de decidir y sus decisiones no afecten desfavorablemente a alguien.

Para ofrecer un buen servicio, el psicólogo debe:

  • Reconocer las esferas de la intimidad de las personas, comunidades e instituciones, y manejarlas de manera diferencial y responsable.
  • Reconocer la diversidad de la naturaleza humana y las múltiples posibilidades de realización de las personas, que pueden ir más allá de sus propias comprensiones.
  • Respetar la dignidad y el valor de todos los pueblos, y los derechos de los individuos a la privacidad, la confidencialidad y la autodeterminación.
  • Vigilar sus propias posturas y valores para que no influyan indebidamente en las decisiones de los usuarios.

Principio de Verdad

Se refiere a proporcionar información veraz, objetiva o científicamente cierta y oportuna al paciente, promoviendo así su beneficencia y autonomía. Esto no implica decir una verdad absoluta, sino manifestar la verdad en condiciones específicas de tiempo y lugar. Este principio se basa en el respeto por la autonomía de las personas, ya que no defender el derecho de las personas a tomar decisiones informadas sobre sus vidas sería violar su autonomía.

Se debe:

  • Evitar decir falsedades y proporcionar la información que el paciente tiene derecho a saber.
  • Evitar engaños o ambigüedades explícitas y trabajar para evitar malentendidos al proporcionar información. No debe ocultar información necesaria para que la persona pueda ejercer su derecho a la autonomía.
  • Informar al paciente incluso si la noticia puede ser mal recibida, siempre buscando el beneficio del paciente y presentando la información con tacto y de manera humana.
  • Manejar la información con atención al qué, cómo, cuándo, quién y a quién se le debe informar, aplicando los principios básicos de la ética clínica.