Duelo

No hace mucho tiempo, la muerte se consideraba como una parte natural del ciclo de la vida, en donde la mayoría de las personas moría en casa, rodeada de familiares y amigos. No obstante, los intentos actuales por negar la muerte, prolongar la vida o reducir el dolor, todo con el fin de acelerar el proceso de duelo, causan graves daños emocionales a todos los involucrados, lo que a menudo resulta en un duelo no resuelto.

En este sentido, el duelo se entiende como una reacción saludable, normal y natural que surge tras la pérdida de una persona, una función física o psicológica, una actividad, una mascota o un objeto valioso. Este hace parte de un proceso activo, lo que involucra una cantidad de tiempo diferente para cada doliente para elaborar y resolver adecuadamente su estado de pérdida y tristeza.

Creencias irracionales o erróneas asociadas al duelo

A lo largo de mi carrera profesional, he escuchado diversas ideas irracionales sobre el duelo, que surgen a raíz de las expectativas sociales sobre cómo debería ser el proceso, su duración, su elaboración y su finalización. Aunque estos comentarios tienen la intención de proporcionar apoyo emocional al doliente, pueden resultar inapropiados o dificultar la resolución del duelo.

  • El tiempo lo cura todo”: Esta idea describe a una persona pasiva, que espera que las cosas sucedan sin tener control sobre lo que pasa a su alrededor.
  • “A el/ella no le gustaría que sufrieras”: Esta expresión sugiere que la persona fallecida aún está viva, lo que puede dificultar la aceptación de su muerte por parte del doliente y puede contribuir a la evitación del dolor.
  • “No pienses en eso, tienes que distraerte”: Esta creencia puede resultar la más peligrosa, ya que para resolver su duelo, una persona necesita procesarlo y reflexionar sobre ello para encontrarle un sentido. Bloquear, distraer o disfrazar el dolor solo contribuye a complicar el duelo.
  • “Hay que ser fuerte”: Este consejo se repite con frecuencia y se basa en un planteamiento erróneo en el que expresar dolor no puede ser un signo de fortaleza y que, por lo tanto, mostrar emociones es un símbolo de debilidad.

Duelo patológico o complicado

Es importante recalcar que, aunque se presentan diversos síntomas, el duelo como proceso natural tras una pérdida no es una enfermedad ni parte de una depresión, por lo que debería resolverse adecuadamente. Sin embargo, cuando el doliente o su red de apoyo intenta omitir o evitar el dolor y el sufrimiento que acompañan a este proceso, o se intenta aplicar normas y estandarizar el duelo, se puede dificultar su adecuada elaboración, generando lo que se conoce como duelo patológico o duelo complicado. Este persiste durante un periodo de tiempo considerable y presenta una serie de características que interfieren de manera significativa en la capacidad de la persona para adaptarse y reanudar sus actividades diarias.

Objetivos principales

Los objetivos generales de la intervención en el duelo son:

  • Ayudar a la persona a aceptar la realidad de la pérdida.
  • Facilitar la elaboración de las emociones y el dolor que conlleva la pérdida.
  • Apoyar al doliente en la adaptación a un mundo donde el fallecido ya no está presente.
  • Asistir al doliente en la reubicación psicoemocional del fallecido.